domingo, 9 de marzo de 2014

Sobre la amistad


De esto ya he hablando en otras ocasiones, supongo que es porque realmente me molesta. El pasado viernes comí con Enrique, un viejo compañero de trabajo de cuando estaba en la Secretaría de Salud. el caso es que a más de un año de mi salida, he mantenido el contacto con él. De hecho son varios con los que sigo platicando por una simple cuestión de lógica, ellos en algún momento fueron parte de mi vida, entonces ¿por qué de un día para otro simplemente debería de ignorarlos?

Pasé muchas cosas con muchas personas y cuando uno tiene que partir por distintas circunstancias no entiendo porque los contactos se pierden. Para mí esa tontería no se aplica, yo quiero seguir hablándoles y pensando en ellos, reír con ellos porque eran importantes para mí. Pero es infinidad de personas que no piensan como yo y eso es triste. No debería ser así. Me niego a olvidar el pasado, puedo entender que los que les caía mal me dejen de hablar, pero los que se supone que eramos los superamigos ¿qué? ¿me estaban engañando? ¿sus risas y pláticas siempre fueron falsas? Si es así, si así piensan la mayoría de las personas entonces deberían pudrirse en el infierno.

Ángel Caído