lunes, 10 de septiembre de 2007

Tristeza


¿qué te queda después de la insulsa alegria de tomarle la mano a alguien después de salir del cine? Nada. No hay amanecer que valga la pena si pierdes ese roce. Así que es mejor no tenerlo nunca, uno no huye del amor por idiota, sino por exceso de neuronas en funcionamiento. El amor, no debería pensarse, vamos... debería sentirse. Esperar a que tus ojos encuentren esos otros ojos, que el celular te saque de ese limbo en que te sumerjes en ausencia de... tomar la mano del otro y sentir perfectamente como tus dedos se entrelazan con los de él y sonreír bobaliconamente mientras él habla de quien sabe que demonios y tú te encuentras demasiado feliz como para concentrarte en lo que te dice. Sentir el roce de su mano en tu brazo mientras ven una película y ser incapaz de determinar que fue lo que pasó en la pantalla.

Sí, enamorarse y querer es terrible... pero es lo más chingón del mundo. No sólo los hombres huyen, las mujeres huyen. Todos huímos, la dicha es un asunto peligroso.
Dre.