miércoles, 17 de octubre de 2007

Buscando trabajo

Muchos excompañeros están estudiando ahora mismo una maestría en lo que sea, aseguran que es el siguiente paso para la obtención de un empleo mejor remunerado y es una especie de arma que les dará la ventaja necesaria frente a “la competencia”. Qué curioso, a quienes llaman ahora “la competencia” son los mismos a quienes antes llamaban amigos, es una selva allá afuera. Una maestría es un peldaño más y muy necesario en ocasiones, ya sea que un puesto lo amerite o que la sed de conocimiento en el profesionista sea mucha y requiera aumentar su sapiencia (lo cual no es muy probable), pero si el flamante profesionista no ha ejercido su profesión por lo menos algunos años y sólo busca engordar su currículum no sabrá a ciencia cierta para qué está estudiando.

“¿Sabe bajarse de la banqueta?” me preguntó un viejecito, el cual iba a ser mi jefe, y le contesté que por supuesto; a lo que él se refería era que si no me importaba meter las manos al trabajo rudo y ensuciarme, o tal vez estaba tratando de decirme que “le hiciera un favor”, espero que haya sido lo primero (aunque tal vez por eso no me quedé con el trabajo, ¡diantres!). En estos meses en los que he asistido a infinidad de entrevistas de trabajo he notado que quienes estamos recién egresados seguimos con las mismas prácticas de la escuela, esas de voltear a todas partes cuando no sabemos nada o preguntarle al vecino las respuestas de las preguntas capciosas, qué vergüenza ¿no? (no es mi caso, soy bien fan de las preguntas capciosas), me imagino que en las clases para una maestría es lo mismo, es un regreso a la etapa estudiantil con todo lo que conlleva, por eso no las tomo tan en serio, por eso no hay quien me sorprenda diciéndome que tiene una maestría en materiales o en cualquier otra disciplina y es por eso que tampoco sorprenden a un entrevistador de alguna empresa y en la mayoría de los casos el que se queda con el puesto es el conocido, el sobrino o el vecino.

Aún así tengo fe de que alguna empresa sepa apreciar y contrate a alguien que sabe bajarse de la banqueta.