Manifiesto a la nación del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana.
Los diez años transcurridos [...] han sido años de lucha tenaz, sorda y encarnizada para llevar sus mejores consecuencias el decreto expropiatorio del 18 de marzo de 1938.
En tanto que el esfuerzo de los trabajadores petroleros y el Régimen de la Revolución Mexicana sigue encaminado, por encima de diferencias circunstanciales, a lograr el desarrollo de la industria y obtener de ella los mayores beneficios para la nación toda, intereses extranjeros intemperantes e insaciables se han empeñado sin descanso en entorpecer la marcha de nuestra industria, en minarla y sabotearla y en crear tal número de dificultades que al final de cuentas México se declare incapaz de explotar su propia riqueza y solicite angustiosamente la vuelta de los monopolios que antiguamente la explotaron. [...]
No por menos abierta o sutil ha dejado de ser ruda o agresiva la acción de los monopolios para perturbar nuestra industria y crearle conflictos. [...] ~
El Nacional, miércoles 17 de marzo de 1948, p. 4.