jueves, 24 de septiembre de 2009

Los días del fin del mundo. Canciones para escuchar mientras corremos hacia la nube nuclear.

Sobre el asunto, la selección de canciones no puede ser más arbitraria. Podemos, de ser preciso, y ante la inevitable ansiedad del asunto, colocar el ipod en modo aleatorio y dejar que nos persigan las sombras de vicente y alejandro fernández (así con mínusculas) y alguna de sus cancioncillas, que siempre son recuerdos  malos de otras tantas.Yo por mi parte, en días tan aciagos como los que hoy nos pesiguen me permitiré hacer unas cuantas sugerencias. Antes de morir calcinado por los fuegos del infierno (nuclear, rememoración terminal del divino) quiero escuchar Rifles del Black Rebel Motorcycle Club. Hombres vestidos de negro, con mucha actutud yonki y puro rock n roll corriendo en las cuerdas de sus guitarras gibson, preludiando el asesinato de la especie humana a manos de la especie humana. "I see the rifles comin' over the hill"... puede ser el amor puede ser la muerte...

Y después, suponiendo que miremos por televisión -como es previsible- el anuncio de la muerte colectiva, o la privada, como se prefiera (porque aún tendremos el privilegio de recibirla a la carta y en tiempo real), pondría play a los Dandy Warhols, evocando algún año que ya no existe vuelto angustia y gastando los minutos entre el anuncio y el impacto. Justo ahí me permitiría recordar lo inevitable: esa maldita imprecisión de mi cuerpo y de mis sentimientos. Debo reconocer que en mis cálculos no hay espacio ni para la compasión ni para la piedad; egoístamente subiré a la parta más alta del edificio a esperar.Y sí, todo es una pataética representación... El tiempo por perder lo consumiría entre lugares comunes. Sentimental y previsible como soy, y tan sólo para reiterar el gran clisé de una muerte suburbana por acción de un gran incendio atómico, pondría el introitus y Kirie del Réquiem de Mozart. Tal vez con gusto lo escucharía todo de nuevo, pero no creo que haya tiempo. No es esa mi parte favorita, pero es constatable en ese inicio, la pesadumbre de la muerte inminente que se repite desde el inicio de los tiempos. Yo, por mi parte, creo que ese  Réquiem reune (y este no es sino otro lugar común) en su insignificante brevedad la sabiduría sobre la desaparición de la especie... En el próximo episodio trataré sobre el tema "5 pasos para asesinar un presidente". juan podrido

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