viernes, 25 de septiembre de 2009

Odio tanto que...

En serio no entiendo a esas personas que nunca pierden el control, que siempre están en el lugar correcto haciendo las cosas justas, que siempre están mucho más que bien, que nunca se equivocan porque cómo se van a equivocar por dios, que nunca han hecho algo estúpido, que nunca han tenido una mala reputación, que son como Jesucristo pero sin la barbita, que todos los días se ven chulos, que despiertan hechos un pan de dios, que siempre toman una copa y no más porque no hay que perder el estilo, que no ponen los codos sobre la mesa y mucho menos piden segunda ronda, que cuando alguien les clava el cuchillo en la espalda piensan para sí mismos que son cosas que pasan y que hay que darle una segunda oportunidad, que nunca se enferman, que nunca tienen diarrea, que nunca salen con alguien que se parezca a Thom Yorke, que nunca se han comido una maruchan, que nunca han pedido dinero en la calle fingiendo que son recolectores del teletón, que nunca han dormido con el estómago vacío, que nunca se han sonado la nariz con la camiseta, que nunca se han soltado a reír en momentos inoportunos, que nunca han llorado viendo Grey’s Anatomy, que nunca se han permitido la vida loca, que nunca dicen la palabra pinche y se tapan los oídos cuando escuchan la palabra cabrón… ¿No se aburren? ¿No se dan asco? ¿No preferirían estar muertos?