lunes, 21 de enero de 2008

Lo que las treintonas quieren

Anoche tuve una plática verdaderamente enriquecedora. Fui a tomar unos tragos con mis amigas, todas de treinta o rascándolos. Nos dimos cuenta de lo contradictorias que solemos ser. Cuando nos conocimos, teníamos 19 y a esa edad (y desde antes) nos encantaban los hombres de 27, 28 o 30 años. Sentíamos que con ellos podríamos tener relaciones serias, con compromiso y seguridad. Eso nos motivaba a ligarnos a los de últimos semestres y la que saliera con un ya graduado y que trabajara, bueeeeeeno...era 'the winner'.

Ahora, hemos descubierto un nuevo placer: LOS CHAVITOS y mientras más chavitos, mejor. Sabemos que no vienen a ofrecer seguridad ni estabilidad ni mucho menos algo serio pero tienen un encanto fresco. Te llenan de elogios, son alimentadores profesionales del ego. Y claro, juran que necesitan chorearte de cuánto les gustas y los has impresionado para llevarte a la cama (cuando realmente, no es tan necesario). Jajajaja Hace tres años yo tuve mi experiencia por el estilo. El incauto tenía ¡17! (Entonces yo le llevaba 10) Sí, ya sé que hasta al bote pude ir a parar. Fue una onda de 'One night stand' y por demás divertida. Yo estaba en un break de soltería. Y claro, estaba acostumbrada a tener novios de 29, 30. De hecho había terminado con uno de 33. Y habrán de saber que esa noche me sentí preparatoriana de nuevo. Entre el top ten de las frases estuvieron '¿Qué quieres estudiar?, yo diseño gráfico ¿tú?' Respuesta: 'Ay mi'jo, me gradué hace cinco años'. Recuerdo que me tuvo tomada de la mano toda la noche y me acompañaba al baño y me esperaba a que saliera. No se me despegaba un segundo. Jajaja no saben cómo me estoy divirtiendo de recordarlo. Me acuerdo que estaba impresionada de lo suavecito de su piel y su cabello. Estaba yo acostumbrada a un casi rapado y a dos de ser pelón. ¿Cuál barriga de oficinista? Nombre, éste estaba totalmente tonificado jajajaja y era de un dulce...decía cosas como 'eres lo más hermoso que he visto, eres la mujer de mi vida'. Lo mejor de todo fue la despedida. Me dijo 'Nos vamos a volver a ver ¿verdad?' Y yo sólo me reí. Entonces me abrazó y me dijo 'Te amo' jajajaja ¡'Te amo'! Me dio una ternura bárbara. No lo volví a ver, claro.

En estos casos, suelen salir frases maravillosas. El fin de semana pasado, una amiga se ligó a un chamacuelo, sólo platicaron pero él estaba de lo más solícito. Ya era tarde y pedimos la cuenta, entoces mi amiga pagó su parte con una American Express y cuando la sacó de la cartera el chavo expresó 'No manches, esa tarjeta la tiene mi papá'. Nos reímos como locas.

Así es esto. Cuando adolescentes, soñábamos con un 'Señor' porque a todo hombre pasado de los 27 le llamábamos 'señor'. Ya saben, decíamos cuando llegábamos a un antro '¡Qué pedo! hay puro ñor de 30'. Ahora nosotras somos las 'ñoras' de 30 y conozco a muchas, pero a muchas que quieren su momento de locura con un chamaco de 18. Sí, contradictorias pero en la soltería todo se vale (siempre y cuando nadie salga lastimado). Yo ya dejé la soltería así que esos 'pequeños' placeres ya no están en mi lista pero es entonces cuando uno entiende el porqué del cliché de la señora millonaria que chichifea chamaquitos. Sí, son puro ego pero de algo se tienen que alimentar las arrugas ¿O no? Jajajaja. Buenas noches a las treintonas que andan en pos de experiencias juveniles.

Elsy Reyes