jueves, 31 de enero de 2008

¿Quién es el país?

El siguiente texto está dedicado a todos los que marchan hoy, a lo que no se rinden, a los que piensan que las cosas si se pueden cambiar.

En una república
¿Quién es el país?
¿Es el gobierno que está en este momento en la silla? No, porque el gobierno no es más que un sirviente... No puede ser prerrogativa suya determinar lo que está bien y lo que está mal y decidir quién es patriota y quién no. Su función es la de obedecer órdenes, no la de originarlas.
¿Quién entonces es el país?
¿Son los periódicos?
¿Es el púlpito? De ningún modo, estos sólo son partes del país, no su totalidad, ellos no tienen el mando, sino sólo una pequeña participación en el mando.
En una monarquía, el rey y su familia son el país, en una república es la voz común del pueblo, cada uno de vosotros tiene que hablar personalmente por sí mismo y bajo su propia responsabilidad.
Se trata de una responsabilidad seria y solemne, que no se puede dejar de lado a la ligera ante la intimidación del púlpito, de la prensa, del gobierno o los eslóganes vacíos de los políticos.
Cada uno debe decidir, solo y por sí mismo, lo que está bien y lo que está mal y qué actuación es patriótica y cuál no. No podéis eludirlo y ser hombres.
Decidirlo contra vuestras convicciones es ser unos traidores redomados y sin excusa, tanto para vosotros mismos como para vuestro país, os llamen los que os llamen.
Aunque de toda la nación sólo vosotros tomarais una decisión, y esa decisión fuera la buena de acuerdo con vuestras convicciones de lo bueno, habrías cumplido con vuestro deber para con vosotros mismos y para con vuestro país.

¡Levantad la cabeza! No tenéis nada de qué avergonzaros.

No importa lo que diga la prensa, no importa lo que digan los políticos ni la gente. No importa que todo el país decida que algo que está mal es bueno.
Este país se fundó, ante todo, sobre un principio: nuestra obligación de defender lo que creemos, sin importar las discordias y las consecuencias.
Cuando la prensa, la gente y todo el mundo te diga que te quites, tienes que plantarte en el suelo como un árbol junto a un río de verdad y decirle a todos.

¡NO TÚ QUÍTATE!

Mark Twain