martes, 11 de diciembre de 2007

Odio tanto que...

Que este post deba ser para el viernes pero la gente me inspire a escribir ahora.
Que la gente sea hipócrita.
-No odio, me enferman esos dobles caras que critican a la religión, a los sacerdotes, las contradicciones doctrinales y sin embargo, terminan haciendo las tradicionales cosas pues "por costumbre" o "por seguir la corriente". Sean originales tontos, no se puede ser y no.
Que la gente te deje de hablar más de un año y que regresen como si el tiempo no hubiera pasado.
Que pululen argentinos nacos en La Condesa.