martes, 8 de diciembre de 2009

Sobre la vida

Si el objetivo próximo e inmediato de nuestra vida no es el dolor, entonces nuestra existencia es la cosas más insensata del mundo. Pues es absurdo asumir que el sufrimiento infinito, que brota de la necesidad que es esencia a la vida y de la que el mundo está lleno por todas partes, deba estar privado de objetivo y ser puramente casual. Nuestra sensibilidad hacia el dolor es casi infinita, mientras que la del placer tiene límites restringidos. Es cierto que una desgracia particular parece una excepción, pero la infelicidad, en general, es la regla.