lunes, 29 de diciembre de 2008
You're frozen
Es fácil caer en el error de protegerse demasiado: de ensimismarse y no permitir la entrada a nuestras vidas de las personas para evitarnos dolor. El amor es un acto de fe y valentía. Sabemos que atrevernos a acercarnos o a enamorarnos de alguien cuando ya recibimos en el pasado una paliza emocional, no es fácil.
Hay una frase de la obra 'Posdata: tu gato ha muerto' que dice 'La vida es un enorme sandwich de mierda...y cada día hay que darle una mordida'. Es simple pensar así cuando pasas por una crisis de adolorimiento físico por desamor (de verdad duele físicamente. Ruegas porque te pase encima un trailer que aminore esa tortura que parece invisible pero mordaz). De hecho, es uno de los principios de los desórdenes mentales que implican que el afectado se autoinfrinja heridas; el dolor interno es tan profundo, que es necesario sentir dolor físico. De alguna manera se piensa inconcientemente que por ahí escapará lo que se pudre por dentro.
La cosa es que cuando un rompimiento, engaño, ojetez, traición o chingadera nos cruza el alma, decimos trepados en un estrado con pose de dirigente que nunca más seremos capaces de osar enamorarnos o fijarnos en alguien. Es parte del duelo.
Casi todos terminamos por tragarnos nuestras palabras y nos 'trepamos al caballo' otra vez pero cuando no se han tenido ni una ni dos caídas; sino 20, se va creando una coraza cada vez más fuerte y nos congelamos para no sentir más.
Estos casos son comunes porque se da un fenómeno. Digo, en realidad nadie estamos excentos de ser tazajeados por algún o alguna vivales, pero cuando una persona está desequilibrada emocionalmente, tiende a buscar parejas que le provean el autocastigo que no es capaz de darse porque ya bastante se regala. Es más complejo de lo que imaginamos porque esas personas se sienten heridas, deprimidas y sobajadas cuando salen de una relación tortuosa pero tarde o temprano terminan buscando seres que nuevamente les reiteran que la vida es aquel sandwich de mierda. Aquí es donde la fase de congelamiento alcanza grados ultra bajos.
Una canción dice 'You're frozen when your heart's not open' (Sí, de Madonna). Me encanta porque contiene una gran sabiduría. Volver a creer, a confiar y a dejarse caer en ese vacío que se llama 'relación de pareja' donde puedes salir desde con un chipote hasta con un empalamiento; es un acto de fe y de valentía. No más. Pero es preferible eso que dejar que el corazón alcance los 0 grados y dejar de vivir estando vivo. No queda más que volver a abrir el corazón, la mente y...otras partes (jijijijiji).
El dolor pude llegar, pero también pasará. Hay formas de evitarlo. Es por eso que se han creado estudios, especialidades y métodos para una correcta y sana elección de pareja.
Trépense al caballo (o al burro) pero si no fuera por esos guacatazos ¿qué habría que aprender de la naturaleza humana?
Elsy Reyes