lunes, 31 de octubre de 2011

Si te... (18-03-2007)



No te culpo a ti, culpo a tu incapacidad de perdonar –me duele haberte lastimado, porque le di prioridad al trabajo; yo no sé que es lo que hago en ..., siento que busco una respuesta, ¿de qué? no lo sé, me siento una imposición a ..., percibo la desconfianza de ..., y la palabrería de una estúpida, de la tarde, que resaltaba el hecho de que yo salía media hora antes- Siento que no me escuchas. No considero una humillación haberte pedido una segunda oportunidad, sino tu respuesta. ¿Cómo fue posible que me hayas dicho, que en la noche que pasamos juntos, yo reaccioné como si lo hubiera hecho con ocho? ¿Según tú, como debería de haber sido mi comportamiento?

Después de una larga semana con jornadas de 15 horas diarias de trabajo y cinco de sueño, de seis horas de estar de pie en el Hard Rock –no es reproche, porque estado a tu lado nada me importa- Mi alma y mi cuerpo reaccionaron a ti, pero mi cerebro tuvo que estar en automático. Desde la tarde, tuve que bloquear mis prejuicios, para disfrutar tu presencia. Dices que no lucho. Pues francamente ya no sé que más hacer. Porque cada día te siento más lejano. Tal vez, ya lo has estado desde hace mucho tiempo y no me había dado cuenta.

P.D. No puedo evitar creer que soy el blanco de tus estrategias psicológicas.

I.