¿Eres feliz?

Llevas años buscándolo; el trabajo ideal, independencia, una casa y una mujer hermosa que a veces te ama más que a ti mismo. ¿Todo bien?, excelente, afirmarías. Pero de pronto, algo sucede. Hace ‘clic’. Afuera o dentro; eso no importa. Lo que importa es que comienzas a ver el mundo desde otro punto de vista, como si te dieras cuenta que tan sólo observas una película. Las cosas se alejan. Todo toma otra dimensión. Y es justo en ese momento cuando la pregunta, que tantas otras veces has silenciado, surge rasgándote el cuerpo: ¿eres feliz? Una pregunta simple. La respuesta muy complicada. Y no te queda más que seguir, observar. Tomar una decisión y volver a introducirte en tu personaje. ¿El mismo? ¿Otro? Tampoco importará mientras la máscara te quede a la medida.