jueves, 22 de octubre de 2009

Sobre la vida

Es el conocimiento de la muerte junto con la visión del dolor y la miseria de esta vida lo que, sin duda, ha dado el impulso más fuerte a la reflexión filosófica y a las explicaciones metafísicas del mundo. Si nuestra vida no tuviese fin ni dolor a nadie probablemente se le ocurriría preguntarse por qué existe el mundo o por qué está hecho así, sino que todo eso sería algo obvio. Y es que ese incesante cambio como continuo nacer y perecer de todo ser, y el dolor de la lucha por la existencia, son vividos por el hombres no sólo como inanidad e inconsistencia del ser, sino también como mal, como no debe ser. Experimentando el mundo como algo cuya no existencia es no solo pensable, sino también, en muchos de sus aspectos constitutivos, preferible a su existencia.