viernes, 16 de octubre de 2009

Odio tanto que...

No saben cuanto odio que alguien me vea leyendo y siempre me digan: "qué estudioso". Como si los libros fueran para "estudiar" y ya, párale de contar.

También odio a esas personas que te saludan pero que ponen la mano flácida (aarrghhh).